No hace falta viajar hasta las lejanas costas tropicales para perderse en paradisíacas playas de arena. Arenas que van del negro al blanco más puro, aguas cristalinas y turquesas, intenso sol, viento e inmensa tranquilidad son sinónimos de Fuerteventura. Esta isla, con más de ciento cincuenta playas, únicas en el archipiélago por extensión y belleza, constituye un verdadero paraíso de serena elegancia. Las Dunas de Corralejo, la Montaña de Tindaya y el Malpaís de la Arena son puntos clave de esta tierra desértica e inhóspita.