El denominado «Continente en Miniatura» por Unamuno, de apenas ochenta Kilómetros de diámetro, es de una intensa variedad y riqueza natural, que comienza con el azul del mar y termina en verdes pinares a 2.000 metros de altura, en tan solo una hora de trayecto. Sus impresionantes paisajes cautivan al buen observador. Las singulares dunas de Maspalomas y las playas de toda su costa contrastan con la espectacular Cuenca de Tejeda (Reserva de la Biosfera), donde afloran los Roques de Bentayga, El Nublo y El Fraile, símbolos de la Isla.